miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pinceladas amarillas.

Hay quien me ha comentado que mi caso es un claro ejemplo del dicho "el que la sigue la consigue", y empiezo a pensar que tiene razón.

Es posible que no haya llegado al punto de saber definirme como profesional. Todavía tengo muchos campos sin explorar y quedan muchas puertas abiertas que me resultan inquietantes. Pero hay una cosa en la que he sido firme desde hace años: quiero vivir en China.

En segundo de carrera una profesora llegó a clase el día de la presentación y nos dijo que cuando saliéramos de esas cuatro paredes todo el mundo daría por sentado que sabíamos inglés, y que sería un tercer idioma el que nos haría distinguirnos del resto. Y fue esa distinción la que me hizo escoger el mandarín.

Es cierto que la vida da muchas vueltas, que a veces te pones metas aparentemente imposibles, que quizás encuentres obstáculos que hagan que tu brújula se mueva en otra dirección. Pero sólo tenemos una vida, y como he dicho siempre "nosotros tenemos el boli". Yo hace tiempo que decidí escribirla a mi manera, y por suerte he encontrado a quien le gusta lo que escribo.

Fiesta de los faroles, China. (www.absolut-china.com)

La semana pasada, después de un largo proceso de selección, me dieron la noticia de que he sido seleccionada como beneficiaria de la Beca Faro Global para trabajar siete meses en el departamento de comunicación de la Cámara de Comercio española en el Sur de China, organizando eventos. ¡Así que en un mes me voy a Guangzhou!

En este mar oscuro, me pido ser el farolillo.