lunes, 24 de octubre de 2011

PAZ.

El mar como música de fondo.
Una silla incómoda.
Gotas de sudor que se agarran con fuerza del pelo viendo cómo otras, más débiles, se deslizan por mi frente  terminando su corta vida en una servilleta de papel.
Tiempo.
Perros que aprovechan cada miga que cae al suelo para silenciar los rugidos del hambre.
Pensamientos que hacen eco en una mente que permanece vacía.
Recuerdos que quieres dejar en el pasado, pero forman parte de tu presente y condicionan el futuro.
Silencio.
Miradas de un extraño que parece conocerte de toda la vida.
Más tiempo.
Descubrir que no tener nada te hace feliz.
Hacer planes.
Pisar el suelo descalza y sentir cómo la arena se amolda a cada curva de mi pie.
Ice Coffee.
Una fuente que sirve de ducha.
Miedo.





1 comentario:

  1. Paz... una palabra que parece tan lejana en la vorágine de vida que llevamos. Esa Paz espiritual de la que hablas me causa envidia. Nos llega si le dedicamos tiempo... esto que decimos no tenemos porque ocupa un lugar lejano en esa escala de valores que nos hemos mal diseñado.

    Qué ciegos estamos*; pasamos todos los días a su lado.. buscando no sabemos qué, incapaces de encontrar algo o alguien que nos haga felices solo por un momento.

    Oler las hojas húmedas, respirar hondo esta mañana temprano paseando, llenar los pulmones, descubrir con una sonrisa mientras se me enfrían las manos que ya llegó el otoño. Un momento de felicidad muy barato y que me llevó realmente poco tiempo !!.

    *Muy recomendable la lectura de "Ensayo sobre la ceguera" de José Saramago. Me lo prestó una gran amiga; la mejor. Ella busca y encuentra esos momentos y espero que sigamos disfrutando de alguno que otro juntas.

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