lunes, 10 de octubre de 2011

Los cuentos de hadas sí existen.

La Tropa Goofy. Así nos llamaban las malas lenguas que envidiaban nuestras bicis y los bocatas en la rotonda los fines de semana. Nos encantaba explorar los escondites más siniestros de los jardines, donde machacábamos piñones con piedras y limpiábamos nuestras heridas con ramas de palmera (que tenían poderes mágicos). Había planes que daban un poco de miedo, como colarse en casas abandonadas y salir corriendo por los gritos de vecinos, pero ¿quién no ha sido niño? También recuerdo los veranos enteros en la piscina, hasta que los dedos se convertían en auténticas pasas, las partidas de cartas, la Ouija en la que SIEMPRE nos hablaban los fantasmas y los amores que te guardabas en silencio por miedo a que tu príncipe no te correspondiera.

¡Cómo cambian las cosas! ¿Dónde está Peter Pan y su inocencia? ¿Dónde quedó esa dulce niña que te mandaba a la cama para poder madrugar al día siguiente? Ahora es Tuenti quien te da las buenas noches y Verano Azul es una canción de reggaeton...¡Por favor, que vuelva Chanquete!

Aunque no estén de moda las princesas sino Miley Cyrus y sus camisetas de leopardo, siempre he creído en los cuentos de hadas. Y sigo creyendo que habrá un príncipe azul aunque a veces se parezca más a Shrek que al de Blancanieves, que habrá un castillo aunque sea de paja, que habrá muuuchos animales, y en el "felices para siempre".

Y no será fácil, pero me encantan los retos, ¡y el boli lo tengo yo!

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